Tercero de primaria, yo era considerado un alumno ejemplar sacaba mínimo de nueve, mi conducta era intachable y no decía groserías. Pero las cosas cambiaron drásticamente, cambiaron en tercero después de un momento de ira.
Tenía una amigo muy mal hablado en segundo, el me dijo que “coger” no era lo mismo que coger, es decir, la palabra tomar no era sinónimo de coger. El me enseño todas las groserías, o más bien, como usarlas. Un tiempo vivió en mi casa porque sus papás extranjeros tenían que hacer su residencia en el Distrito, y para que no perdiera el año mis padres se ofrecieron a cuidarlo y pues durante ese tiempo aprendí lo soez, vulgar y mal hablado de mi mejor amigo.
No obstante de eso, yo no era capaz de decir una pinche grosería, no era capaz de insultar o de molestar con palabras altisonantes a mis amigos. Sin embargo, tuve dos o tres regaños por mal portado.
Cuando llegué a tercero, ahora sí me tocaba ese salón, me encontré con una maestra hostil que no le gustaba las caras en los soles o las lunas, decía “ya están grandes ya están en tercero”. En varias ocasiones me hizo llorar porque consideraba mi letra espantosa y no merecía estar en tercero (de hecho mi letra es un atentado estético de los peores).
Siempre estaba castigado haciendo planas, siempre era etiquetado por mis trabajos “hechos con las patas”, y yo simplemente me callaba y no decía nada. Sucedió un milagro, la maestra se tuvo que ir y la maestra ya no nos dio más clase. Me sentí aliviado, me sentí liberado y lleno de euforia, mas esa felicidad no duraría mucho tiempo, la sustituta era peor, la sustituta fue el inicio del nuevo yo.
Cierto día, la nueva nos dejó de tarea repasar las tablas de multiplicar pues las diríamos enfrente del grupo, la verdad era muy ñoño y no estudié nada, así es que en la tarde estuve tranquilo viendo mis caricaturas. El otro día llegó y todo empezó con la humillación pública de los no que sabían las multiplicaciones.
Una de las que no se la sabía, fue motivo de burla, todos nos reímos de los comentarios ácidos de la maestra, pero yo me pasé con la burla pues la hice llorar. La maestra me indicó mi falta y dijo que me iba a mandar un reporte. Rogué porque no fuese así, y la maestra se me quedó viendo y le dije “es que me pegan con picos y con palos”. No se porque lo dije, pero lo dije, la verdad es que mis padres no me pegaban.
“Te dejo tres días sin recreo”, lo cual se me hizo razonable y opté por acatar. El primer día no salí y esperé tranquilo los tres cuartos de hora. El segundo día la maestra me dice, “vete al recreo” lo que mi mente infantil pensó, el castigo terminó. Al tercer día, pretendía salir y la sustituta me detuvo y me dijo “tu estás castigado” a lo que contesté “Usted me dejó salir ayer” y ella responde “no me importa te aplastas en tu asiento”.
En ese momento todo cambió, todo, la ira me corrompía, me incitaba hacer una locura algo infame y grosero. Esa mujer no era un adulto que respetar era un niño como yo, un niño que me agredió.
“No me voy a sentar”, le dije en tono retador, y la maestra se limitó a decirme “¿Qué? y le dije de nuevo “no me voy a sentar” y contesta “¿Qué?”. Sabía que en ese momento aplicaba, sabía como usar las palabras nada me detenía, nada en el mundo me detenía y le dije “Usted es una pinche vieja sorda y loca”.
La maestra abrió los ojos sorprendida, no dijo nada y bajó a la dirección. Yo simplemente rompí en llanto. Sabía lo que dije, sabía las consecuencias, sabía lo que me iba a pasar. El insulto a un maestro es expulsión. No era una burla inocente, era un insulto directo a un profesor.
Unas compañeras estaban presentes, se limitaron decirme “¿porqué le dijiste eso?” yo simplemente lloraba. Me llamaron a la dirección, la maestra expuso su caso: Yo no tenía razón yo era el niño grosero el niño vulgar que insultó a la maestra.
La maestra directora me dijo “voy hablar con tus papás”. La sustituta dijo “ es que no le puedo mandar nada porque le pegan con picos y con palos”, me quedé atónito no sabía que decir, mi mentira fue más allá del salón.
Mi padre llegó y le dijeron todo, ademá de que lo iban a mandar al DIF, mi jefe me vio de una manera tal, que no pude decir nada. Suspendido tres días, salimos del colegio y mi padre no me dirigió la palabra en todo el camino (el silencio es fatal en esas situaciones). Mi madre y mi padre me pegaron por primera vez, pero lo hicieron por mis mentiras, más que por el insulto.
Al otro día estaba mi jefa y yo con la directora, me preguntaron como me castigaban y dije la verdad, "es que no me pegan en mi casa". Mi madre le dijo "hay un detalle que no me deja dormir, hijo te sales un momento".Mi madre habló con la maestra directora y después salió para buscar a la nueva. Cuando terminó mi suspensión todo cambió; mi profesora me trataba muy bien y mis compañeros sufrían la tortura de la infeliz pseudo maestra. Después me enteré que mi madre le dijo “ a mi hijo lo cocina a parte o nos encontramos de mujer a mujer”.
Yo por otra parte, me convertí en un mal hablado, grosero y soez. De tener 10 en conducta, empecé con los nueves, ochos y uno que otro siete. Sin embargo mi promedio seguía alto a pesar de mi conducta.
La maestra sustituta fue corrida de la Isntitución después de que los padres de familia se enteraron que sus hijos eran humillados por la maestra. gisasos, insultos y, lo peor, tiraba cosas al piso para que sus alumnos los levantaran con la boca (cabe aclarar que fue dos años después de mi caso).
Hasta la fecha no considero mi insulto algo malo, realmente me llevó al límite su tono de voz, su frase y la manera injusta de llevar mi castigo; fue legítima defensa (eso creo). Lo que me dolío, fue que mis padres fueran mal vistos por una mentira, se que ellos siempre me ayudan a pesar de las consecuencias. Pero ahora nos reímos de esa situación, y no es más que una anécdota en la primaria.
5 comentarios:
A mí me sacaron del salón por primera vez en el kinder por decirle a la maestra "¿y qué, se siente muy graciosa, no?"...
Y a la que le guardo odio y rencor es a la de 4to año... ji ji ji, ésa no soportaba que le dijera sus faltas de ortografía enfrente de todos...
cuantos recuerdos, a veces las etapas "dulces" de todos nosotros tambien nos traen cnsecuencias, algunos l superamos otros nos volvemos peor... nunca falta el amigo que ayuda y contribuye para bien o para mal... creo que yo era una aburrida¡ hasta para irme de pinta le avisba a mi mama
jajajajaja
Gueeee, que chido post, no se porque esas anecdotas me gustan sobremanera.
A mi solo una vez me sacaron del salon por ponerle una tachuela en el asiento a una niña, es que ella me gustaba, ¿que otra cosa podia hacer?.
Lo curioso es que nos sacaron a los dos, jajajajaja ella que culpa tenia!
En tu defensa diré que mi letra es más espantosa...
gaal, no creo que hayas ganado muchos puntos con esa niña... jajajaja
Carlos "Charls" Avila: uno como maestro debe aguantar cuando la caga, pero es difícil muy difícil, lo malo es que muchos colegas toman personal lo que hace un niño.
Jolie: le avisabas a tu mamá, eso es considerado, por lo menos ya sabía donde buscarte
Gaal: jajaja, que manera de quererla que manera, pues tuviste la oportunidad cuando los sacaron del salón de platicar del amor, besos y tachuelas.
York: Felicidades de nuevo. Mi letra, mi letra no es fea, es horrible y no conozco a nadie que supere tal título; pero le doy el beneficio de la duda
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