No bailo cumbias, no bailo banda, no bailo salsa bueno no soy capaz de bailar a “caballo dorado” (el clásico de cualquier boda) porque termino pisando a todo cristiano que se atraviesa en mis torpes pasos.
Así es que lo único que hago es el pasito que me saca de apuros, el cual resulta ser muy gracioso para todo aquel que me mira con su ojo clínico de danza.
Bueno al punto que quiero llegar, es que la semana pasada salimos a “bailar” (claro está yo no puedo dignarme a decirlo como bailar) y recordé mis festivales diversos en la primaria (gracias a Dios no hice nada en siguientes niveles).
Mirando esos videos en donde salgo en primer cuadro y observo algo: soy el más descuadrado, el más fuera de ritmo bueno el más pendejo en cuestiones rítmicas.
A final de cuentas ahí estaba, haciéndolo, echándole ganas, “bailaba” y me aplaudían.
Ahora no me paro más que unos momentos porque pienso que me ven y me señalan. Chale, soy tan penoso que no suelto mis manos (mi hermana dice “!suelta tus manos¡”) y ahí estoy con el pasito de siempre tratando de no pensar en nada.
Pero ahora que me pongo a recordar, pues a final de cuentas nadie me dice nada, los tomo muy en serio total no bailaba ni bailo bien pero le echo ganas; es algo así como “no canto bien pero canto recio”.
Así es que en estas fiestas bailaré tanto que no podrán decirme nada y mi propósito será aprender a bailar.
Lo cual será difícil pues he tenido varios maestros (desde mi primaria hasta ahora) y definitivamente me dicen que no hay potencial.
Aunque, hay dos tres que tiene la esperanza de que me convierta en algo más que tres pasos que sacan de apuros.
Ni módulos pues, ya esta el asunto, ya dejé de fumar y pues tengo que hacer algo mientras estamos en algún tugurio para danzantes.
2 comentarios:
Yo te enseño un día. Si no aprendes, queda el recurso del brinco del slam.
Eso que ni que, en slam siempre he sido bueno...
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