jueves, 22 de noviembre de 2007

Se para que estoy hecho, pero hoy confirmo todo...

El día de hoy me levanté como siempre, desayuné como siempre, me bañé como siempre, tuve el méndigo día como siempre.

Pero algo marcó una diferencia (aunque estoy convencido de lo que hago, y me gusta mucho hacerlo), pero digo que fue distinto porque empiezo mi día en el Colegio donde trabajo y me topo con que festejan “El Día de Acción de Gracias” ¡bah¡ que son esas mamarrachadas, vivo en México.

Total, presencié todo el asunto y pues nada pasaba, solo supe que a los alumnos decían que las gracias de todo, hubo convivió y comida. Colegio bilingüe costumbres biculturales todo marchaba como si nada para mi.

De repente me regalan un chocolate, bien, me gustó la idea, después una carta, todo bien. La leí y decía “profe o sea es la onda” supongo que eso es una aprobación en el argot de mis alumnos.

Minutos más tarde, entro al salón que me tocaba en la penúltima hora y me llegan más cartitas. Simplemente decía gracias, gracias muy agradecido y demás palabras de gratitud (en el Día de Gracias Claro).

Cuando salgo del Colegio, me di, por fin, tiempo para leer las últimas cartas que me dieron y me encuentro con algo que no tiene nada de comparación. Entre agradecimientos y demás una carta me llamó la atención.

Lo escribo textual:

“Le escribo esta carta para decirle gracias por escucharme, gracias por atender mis dudas, por enseñarnos todos los días, gracias por irle a las chivas jajaja gracias por hacer las clases divertidas gracias por se como es, gracias por odiar al america que por cierto no pasaron espero que este feliz gracias por aguantarnos gracias por revisarme las tareas, gracias por todo la verdad es que lo aprecio mucho aunque llevo poco tiempo conocerlo es muy buen maestro y es muy buena onda gracias por preparar las clases que la verdad son muy interesantes y las hace muy divertidas gracias. Bye.

Me quedé con cara de idiota a leer la carta. En mis pocos años de profe me han agradecido, me han dado cartas, chocolates, alguna pulsera (que mucho tiempo porté) de alumnos que me estiman y estimo, pero esto me llegó en lo profundo de mi ser por que me agradece por cosas de mi trabajo, algo que ni mis directivos hacen.

De verdad que me siento muy bien, de verdad que agradezco todas las cartas y regalos, (son cosas que no olvido) pero esta carta es única, nunca lo esperé de un alumno y de verdad hace valer mis votos, mi vocación a ser Profesor.

No cabe duda que los alumnos son fuente de vida de los profesores, sin ellos, no somos nada, de nada nos vale la vida.

2 comentarios:

Celestina Tercioipelo dijo...

Ay, profe, qué chido, no cabe duda que esas cosas nos hacen recordar que no todo está perdido.

¿Ya viste lo del escándalo de mi blog? Y ahora, ¿cómo he de llamarme? Ja ja ja.

Anónimo dijo...

Que ondas, se nota que es tu blog jajaja tiene tu toque.
Ya aqui esta mi comentario ehhh para que dejes de estar molestando.
Y pon cosas mas alegres no toda la vida es asi de dura jajajajaaj