martes, 26 de febrero de 2008

Golpe sincero y más convusiones



Mientras escucho una rola poderosa, espero a que lleguen unas ideas. Llevo varios días queriendo escribir esto pero me cuesta trabajo, pues no logro descifrar mis sentimientos.

Cada vez que quiero lo pienso, cada vez que lo oigo lo pienso, pero llego al teclado y solo se va la inspiración.

Bueno, sin más preámbulo debo decirlo con todas las palabras ¡COMO ODIO EL DURANGUENSE¡, obra del mismo Belcebú, no me cabe la menor duda, no es el metal y sus variantes, es el maldito duranguense el que altera mis nervios e induce a la gente a prácticas oscuras.

¿Por qué lo digo? Sencillo, a donde vaya (fiestas, reuniones, trayectos a reuniones etc.) escucho ese endemoniado sonido que convulsiona, si, convulsiona tal y como las caricaturas japonesas, pues la gente se mueve de una manera que hasta asusta. Solo falta que vomiten verde y hablen otros idiomas. Eso, de verdad, altera a cualquiera que no comulgue con el pasito más diabólico que existe.

Lo peor de todo, es que los muertos se ponen de moda (Selena, Elizalde y más) y pues acaba de morir (de verdad me sorprende) el incomparable Sergio Gómez. Suerte maldita, pues le han hecho homenajes y pendejada y media para conmemorar la figura del coloso de la música moderna !porca miseria¡

¿Qué más puedo decir? He soportado modas y las he hasta bailado pero nada se compara con esta horrible aberración por lo que sigo insistiendo, la encarnación del mal hizo el pasito duranguense y ahora todos convulsionados juntos están bailando mientras yo oigo desesperado preguntando ¿Dios que hice para merecer esta tortura?

Ahora bien, cualquiera que lea estas palabras y sea partidario del ritmo producto de Lucifer, pensará, maldito amargado exagerado que nos sabe disfrutar de la buena música.

Pues puedo contestar, ¡no me importa! Odio y odiaré el duranguense.

¡ARDE K-PAZ! (y más finas agrupaciones)

Mejor no, por eso de los homenajes.

2 comentarios:

K dijo...

Bueno, al fin encontré alguien que me comprendiera con eso del odio al duranguense... ¡Que genial, ahora no me siento tan sola!

Neto Citadino dijo...

No somo únicos hay más...