Los tres temas

Antes de las elecciones polémicas del año 2006, discutí con una mujer que me dejó con un mal sabor de boca por mis malas deducciones. Tengo una regla, de fútbol, política y religión hablo cuando estoy en confianza. No lo hice así un día en el cual platicábamos de los candidatos. Calderón, López y Madrazo, eran para mí una burla a nuestras mentes, tercia de incompetentes corruptos, demagogos y egoístas políticos.

Todos reunidos, al calor de una noche primaveral, la mujer hablaba abiertamente temas íntimos (por no decir los días desconocidos para nosotros los hombres). Además, ella decía que iba a votar por Patricia Mercado. Continuamos con la plática y salió el tema de una adolescente de Tijuana violada y, desgraciadamente, embarazada de aquel trauma terrible.

Defendí mi postura, “malditos ogts que no la dejaron abortar”, ella preguntó por qué, y pues me solté diciendo todo lo que no me gusta de la Iglesia católica, concluí (de manera poco apropiada) “son unos idiotas”. La mujer se enojó y me pidió que me callara (muy enojada).

Pregunté sobre sus creencias y para mi sorpresa no era una verdadera votante de Patricia Mercado (era su gallo por ser mujer lo cual puede ser válido). Me disculpé de mis palabras (no me retracté) y le dije que pensé que tenía una idea distinta del asunto (mala deducción de sus temas y su abierta manera de hablar).

Conclusión, antes de hablar hay que saber con quién se habla. No la critico lo que piensa, más bien por lo que necesita saber, es decir, si confía en sus creencias no debería aceptar una idea si no se la estudia a fondo. Pero para evitar problemas, religión, fútbol y política no son temas adecuados cuando se conoce gente.